5 de diciembre de 2013
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3 pasos imprescindibles

¿Cómo uso el irrigador bucal?

La irrigación bucal es una técnica complementaria al cepillado que consiste en aplicar un chorro de agua u otra solución a presión sobre los dientes y las encías. Nos permite mejorar la limpieza bucal y la salud de las encías, y resulta especialmente útil para personas con implantes dentales y ortodoncia. Pero… ¿sabes cómo se usa? No te preocupes, ¡te lo explicamos paso a paso!

1) Antes de usar el irrigador, es importante que tu boca esté bien limpia. Así que debes cepillarte los dientes y usar hilo dental como haces habitualmente.

2) Rellena el depósito con agua o con un enjuague bucal que se adapte a tus necesidades. Si usas enjuague, recuerda que es recomendable no beber agua hasta 30 minutos después de su uso para que la solución tenga tiempo de actuar en la boca.

3) Coloca la boquilla e introduce el irrigador en tu boca, sobre las encías.

4) Pon en marcha el irrigador y direcciona el chorro de agua a lo largo de las encías y entre los dientes. Recuerda que puedes ponerlo en pausa cuando desees, así como regular la presión entre 6 opciones distintas.

5) Lava y seca el depósito del irrigador y la boquilla después de usarlos.

6) Recomendamos emplearlo al menos durante un minuto al día.

¡Listo! Tu boca ya está más limpia y fresca que nunca.

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