19 de enero de 2015
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Salud bucal

Importancia de la prevención

Prevención significa tomar una serie de medidas con la finalidad de evitar problemas futuros. El mejor tratamiento de toda enfermedad es su prevención. Las enfermedades odontológicas más comunes son la caries y la enfermedad periodontal (conocida antiguamente como piorrea). Ambas, de no tratarse, terminan con la pérdida total de los dientes. Se pensaba que con la vejez era natural ir perdiendo dientes. Ahora se sabe que esto no es cierto, siempre y cuando se sigan algunos pasos sencillos para mantener tus dientes y tus encías sanos.

Estrategias de prevención:

Hoy en día, existen infinidad de investigaciones que señalan los beneficios de la salud bucal en relación a otras enfermedades de nuestro organismo como diabetes, problemas cardíacos, partos prematuros, etc.

A continuación, detallo unas simples estrategias que permiten reducir la incidencia de enfermedades bucodentales y la de otras enfermedades de nuestro organismo:

–  Adoptar una alimentación equilibrada y rica en fibra; reducir la ingesta de azúcares entre horas; evitar el consumo de alimentos pegajosos y de bebidas azucaradas y carbonatadas.

–  Dejar de fumar y reducir el consumo de alcohol.

–  Consumir frutas y verduras.

–  Usar protectores bucales en caso de practicar deportes de contacto.

–  Mantener una concentración adecuada de fluoruro en la cavidad bucal. Mediante la fluoración del agua, de la sal, de la leche, de los enjuagues bucales o de las pastas dentífricas, o bien mediante la aplicación de fluoruros por el odontólogo.

–  No apretar los dientes por tensión o estrés. Los dientes solamente deben contactar entre sí para comer. Y si notas que aprietas o rechinas los dientes, acude a tu odontólogo.

Además de estas estrategias, la Sociedad Española de Periodoncia y Osteointegración (SEPA), recomienda  seguir las siguientes pautas:

–  Fomentar una cultura preventiva en casa desde muy temprana edad.

–  Usar un cepillo dental y una técnica de cepillado adecuados a cada caso.

–  Cepillar bien los dientes después de cada comida y antes de acostarse.

–  Usar pasta dentífrica rica en flúor, ya que refuerza el esmalte y previene la caries.

–  Cepillar la lengua y masajear las encías para mantenerlas sanas y fuertes.

–  Utilizar colutorios antibacterianos con clorhexidina solamente cuando lo indique el odontólogo.

–  Renovar el cepillo de dientes cada 3 meses aproximadamente, o cuando las cerdas estén deterioradas.

–  Acudir al odontólogo para revisiones periódicas (su odontólogo marcará la periodicidad de las visitas en función de las necesidades).

–  Limpiezas periódicas en la consulta dental para la eliminación de la placa bacteriana acumulada y el pulido de dientes (se harán cada 4,6 ó 12 meses, según el riesgo de problemas dentales).

Al odontólogo hay que acudir a menudo para poco tratamiento. La eliminación de la placa bacteriana que se acumula entre los dientes y las encías, la fluorización de los dientes para protegerlos de las caries, y el repaso de las técnicas de cepillado que se realizan diariamente, son las claves de una prevención adecuada.

La forma de prevenir la caries y la enfermedad periodontal consiste en evitar la acumulación de placa bacteriana sobre los dientes y las encías, por eso la importancia de realizar una eliminación mecánica de la placa bacteriana con un buen cepillado y el uso de pastas y enjuagues bucales, así como de elementos de higiene interdental como la seda dental.

La higiene bucal diaria es el tratamiento más sencillo, menos doloroso y menos costoso de todos y es el mejor para prevenir patologías bucodentales. No hay que olvidar que los dientes son para toda la vida. Se trata de un valioso tesoro que, sin duda, debemos cuidar diariamente.

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