4 de marzo de 2015
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Salud bucal

Mitos y realidades de la higiene bucal

La higiene bucal es un hábito muy importante para la salud de los  dientes, de la boca y del organismo en general. Esta constituye el medio ideal para gozar de una buena salud bucodental, ya que elimina los restos de comida de la boca, la placa bacteriana, evita el mal olor y crea una sensación de confort en la cavidad oral, mejorando también la estética y la calidad de vida de las personas.

Ante este importante ejercicio fundamental para nuestra salud tenemos diversas y numerosas confusiones que hacen que no lleguemos a realizar esta práctica correctamente.

A continuación os explicamos una serie de mitos y realidades de la higiene bucodental.

1.    Cepillar con fuerza.

La mayoría de pacientes creen que a la hora de cepillarse los dientes, ejercer mucha presión garantiza una limpieza óptima.

Realizando esto conseguiremos daños que pueden llegar a ser irreversibles en papilas y encías. Con una correcta técnica del cepillado (sin apretar demasiado y dedicándole a cada cara del diente suficiente tiempo), evitaremos dañar el esmalte.

2.    Aplicar gran cantidad de dentífrico.

La lógica nos diría que cuanta más pasta usemos, obtendremos una mejor higiene. Y no es así.

Al colocar más dentífrico lo que conseguimos es crear mucha espuma al realizar nuestro cepillado, lo cual resulta muy incómodo, ya que tenemos la gran necesidad de acabar cuanto antes para expulsarla, haciendo así que la duración del cepillado sea mucho menor a lo aconsejado.

3.    Mejor un cepillo duro.

No se consigue una mejor eliminación de la placa como muchos pacientes creen, incluso debido a esta dureza se puede retraer la encía, creando exposición de parte del diente, las cuales son muy molestas. Lo ideal, utilizar uno intermedio o suave.

4.    Cepillado después de las comidas.

Cepillarse justo después de cada comida es un error frecuente, dado que lo que conseguimos es frotar el ácido generado contra nuestros dientes, haciendo así, que ese efecto sea más intenso y duradero. Lo recomendable es hacerlo media hora después de terminar de comer.

5.    El sangrar al cepillarse es normal.

Creemos que no hay nada de malo por sangrar un poco cuando nos lavamos los dientes. El sangrado en cualquier grado es índice de que tenemos un problema, esto puede indicar que sufrimos enfermedades de encías como la gingivitis o periodontitis, y si no son tratadas a tiempo pueden perjudicar la salud de nuestros dientes y encías.

6.    Los cepillos interdentales no son buenos.

Muchos pacientes son muy reacios a la utilización de estos cepillos ya que creen que éstos les crearán huecos o espacios en la encía. Tanto el uso de cepillos interdentales como hilo, seda o cinta dental  es fundamental para tener una higiene bucodental perfecta, evitando así el acumulo de placa entre dientes, lo cual resulta no podemos conseguir solamente con un cepillado normal.

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