La salud y la boca. ¿Hasta que punto se reflejan en la boca otros problemas?
La boca es una de las grandes olvidadas a la hora de hablar de salud en general. Habitualmente nos limitamos a pensar en caries, aparatos y muelas extraídas cuando nos referimos a la salud de esta parte del cuerpo. Pero en ese punto cometemos un grave error, ya que en la boca se pueden reflejar muchos problemas de salud que pueden estar ‘geográficamente’ alejados de ella.
A veces todos podemos encontrarnos en situaciones en las que tengamos mal aliento, por ejemplo después de ciertas comidas, pero que esto se convierta en algo habitual no es normal y puede indicarnos que hay algo que no va bien.
Muchas enfermedades, sobre todo las hepáticas, presentan mal aliento como síntoma. Siendo adultos esto es algo que nos debe hacer sospechar, pero con más razón si se trata de un niño. Y es que en ellos, además de ser síntoma de alguna enfermedad, podría deberse a una infección provocada por algún cuerpo extraño en las fosas nasales.
La presencia continuada de llagas es otro de los elementos que debería hacer saltar la alarma, porque pueden ser consecuencia de falta de alguna vitamina, o de problemas inmunológicos o de estrés, entre otras cosas.
Si lo que padecemos son sequedad, grietas y dolor en la lengua, deberíamos comprobar si no sufrimos alteraciones tales como anemia o falta de vitamina B.
Por otro lado, conviene tener mucho cuidado con las enfermedades psíquicas, ya que son difíciles de detectar y un chequeo dental a tiempo podría ponernos sobre la pista. El estrés puede producir problemas de caries o bruxismo, y enfermedades como la bulimia o la anorexia tienen un reflejo clarísimo en nuestra boca, ya que una alimentación deficitaria o los ácidos de los vómitos provocan que el esmalte esté mucho más débil y las caries sean muy comunes. Lo mismo ocurre con los trastornos periodontales por falta de nutrientes e hidratación.
Llevamos ya mucho tiempo hablando en este blog de la correcta higiene bucal y de la importancia de mantener unos buenos hábito de vida, pero también es fundamental visitar a tu médico de cabecera regularmente, ya que ellos pueden detectar también otro tipo de problemas.