1 de marzo de 2018
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Higienistas

Consideraciones en la prescripción de fármacos en odontopediatría

Los profesionales de la salud bucal debemos tener presentes una serie de consideraciones a la hora de prescribir fármacos a niños, así como tener en cuenta posibles medicaciones que puedan estar tomando, pues pueden condicionar nuestras prescripciones e incluso nuestro tratamiento odontológico.

¿Cuál es la clave a la hora de prescribir fármacos en la consulta dental a niños? ¿Tenemos en cuenta los posibles efectos adversos a nivel de la cavidad oral de la medicación que pueden estar tomando nuestros pacientes en edad pediátrica?  ¿Qué consideraciones deben tener los profesionales de la salud bucal en relación a los fármacos en los niños?  

 

Para evitar complicaciones a la hora de prescribir fármacos a niños en la consulta dental los profesionales de la salud bucal deben conocer perfectamente la indicación, interacciones, contraindicaciones, dosis terapéuticas o efectos secundarios de los mismos. Es importante realizar una meticulosa historia clínica médica el primer día que el niño acude a la consulta dental. Indagaremos en enfermedades sistémicas, para lo cual tenemos que hacer entender a los padres que es importante que nos den toda la información que les solicitamos. La cavidad oral no está aislada del resto del organismo.  

En este sentido, existen condiciones sistémicas que requieren tratamiento farmacológico y que pueden hacer que tengamos que modificar nuestro tratamiento dental. Es el caso de la epilepsia, que en ocasiones puede pasar desapercibida al realizar la historia médica, pues puede ser que el niño esté en tratamiento con medicación antiepiléptica como el ácido valproico, con el consiguiente mayor riesgo de sangrado en las intervenciones quirúrgicas orales. En relación a la patología respiratoria del asma, ésta es frecuente en niños, y pueden estar con medicación antiasmática como son corticoides y/o beta-2-agonistas inhalados, cuyos efectos adversos a nivel de la cavidad oral pueden ser xerostomía y alteraciones en el pH de la saliva, que se traducen en un mayor riesgo de caries, por lo que haremos especial hincapié en instaurar un plan preventivo personalizado desde el primer día de consulta.

Ante la presencia de patologías sistémicas en un niño, es imprescindible antes de realizar un tratamiento dental contar con los informes médicos y analíticas 

  • Conocer qué patología/s sistémica/s tiene el niño. 
  • Saber cuándo le diagnosticaron la patología y si está controlada o no. 
  • Si está en tratamiento con fármacos. 
  • Si está bajo tratamiento farmacológico debemos saber cuáles son los principios activos, qué efectos adversos tienen a nivel de la cavidad oral, si pueden condicionar el tratamiento dental y si la medicación que vayamos a prescribir (analgésicos, antiinflamatorios, antibióticos y anestesia local de uso odontológico), valorar posibles interacciones farmacológicas y las reacciones adversas que se puedan derivar que pongan en peligro la vida del niño. 
  • No se debe infravalorar ninguna medicación que tome el niño, ya sea inhalada o tópica, pues los fármacos prescritos por esta vía de administración también presentan efectos adversos y pueden interaccionar con los de uso odontológico. 

 

El disponer de las últimas analíticas sanguíneas también es importante, saber interpretarlas por si algún foco infeccioso oral puede estar condicionando el estado de salud general o viceversa, y si algún fármaco de los que está tomando puede estar afectando a alguna de las tres líneas celulares. 

Preguntaremos a los padres por posibles alergias que pueda tener el niño, no solo a medicamentos, sino también a cualquier alérgeno, pues puede estar en tratamiento farmacológico para tratar y/o prevenir la aparición de cuadros alérgicos y esta medicación debemos conocerla. 

Es muy importante saber si se le ha puesto anestesia local de uso dental a un niño previamente. Esto nos aportará una valiosa información, pues si no ha existido ningún problema nos permitirá trabajar con mayor seguridad. Si antes no se le ha puesto anestesia local se deberá ser cauto y estar preparados para cualquier emergencia. Es crucial, por tanto, antes de poner anestesia dental leer el prospecto de la misma, pues nos indica las contraindicaciones, efectos adversos y qué hacer ante un posible shock anafiláctico tras la inoculación del anestésico local. 

En cuanto a las medicaciones en jarabe, muchos de los jarabes pediátricos poseen bases de glicerina o azucaradas para enmascarar el sabor desagradable de los principios activos (fundamentalmente analgésicos, antiinflamatorios o antitusígenos); por lo que debemos advertir a los padres de la importancia de un correcto cepillado dental tras la administración de los mismos por el alto riesgo de disminuir el pH de la saliva con el consiguiente riesgo de caries. 

En relación a la dosis de fármacos, a los pacientes pediátricos no se les puede prescribir la misma que a los adultos, por lo que es crucial conocer qué dosis podremos recetar. La dosis estará en función del peso del niño, la edad y sus características fisiopatológicas. Los prospectos de los fármacos son los que deberemos leer minuciosamente antes, ya que nos guiarán a la hora realizar la prescripción de la medicación. 

 

Conclusión

La realización de una meticulosa historia médica en los niños es fundamental antes de realizar cualquier tratamiento odontológico. El profesional de la salud bucal debe conocer si están en tratamiento farmacológico, y si es así, saber qué efectos adversos pueden tener en la cavidad oral y si hay posibilidad de interacciones farmacológicas con medicación de uso odontológico. Asimismo, hay que valorar los posibles efectos adversos de los fármacos a nivel de la cavidad oral y si éstos pueden hacer que tengamos que modificar el tratamiento odontológico. Todo lo anterior condicionará la prescripción de fármacos en la población pediátrica en la consulta dental, teniendo siempre en cuenta la dosis y posibilidad de alergias. 

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