Normalmente los primeros dientes de leche no aparecen hasta los 6 meses, pero lo cierto es que ya están en desarrollo antes del nacimiento de tu bebé. Cerca de la sexta semana de gestación se inicia la formación de los órganos dentarios.
Posteriormente las células formadoras de los brotes dentales comienzan a diferenciarse en tres zonas: el órgano del esmalte, la papila dentaria y el saco dentinario. A partir de estas zonas se irán formando las diferentes partes del diente: esmalte,dentina, cemento, hueso alveolar y ligamento periodontal. Este proceso se conoce como odontogénesis. Al mismo tiempo, los dientes permanentes también comienzan a formarse, aunque éstos no erupcionaran hasta bastantes años después.
Para que este proceso se lleve a cabo correctamente, es necesario contar con la presencia de una serie de minerales (calcio, flúor y fósforo) y de las vitaminas A, C y D. Por eso, es muy importante que la madre tenga una buena nutrición durante el embarazo para evitar problemas como la desmineralización dental.
Cuando llega el momento adecuado, el diente de leche empuja a través de la encía hasta salir a la superficie. En el momento de salir la corona del diente está completamente desarrollada, pero la raíz tardará todavía varios meses más en acabar de formarse. La raíz termina su formación cuando el niño tiene entre 1,5 y 3 años de edad, según el diente.
Aunque los dientes de leche tan solo acompañarán a tu hijo durante unos años, tienen una función muy importante ya que ayudan a los permanentes a crecer en la posición correcta y así completar el proceso de desarrollo dental. Además deben mantenerse en buen estado, mediante una correcta higiene ya que la salud de los dientes permanentes depende de los dientes de leche.