14 de noviembre de 2017
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3 pasos imprescindibles

Irrigador Bucal ¿a qué esperas a probarlo?

¿Sabes qué es el irrigador bucal?     

Con el irrigador bucal tienes la limpieza profesional en casa. Consiste en la aplicación de un chorro pulsátil de agua a presión sobre tus dientes y las encías.

Este chorro pulsátil elimina la placa bacteriana y los restos de comida que se acumulan entre los dientes y las encías.

En combinación con el resto de nuestra rutina de limpieza bucal, como es el cepillado, el enjuague bucal y la limpieza interdental, podemos conseguir grandes beneficios.

  1. Elimina placa dental en zonas de difícil acceso.
  2. Consigue una mayor higiene en pacientes con ortodoncia o implantes dentales.
  3. Ayuda a disminuir el sangrado de las encías.
  4. Aporta más sensación de limpieza y frescor en la boca.
  5. Puede aportar una limpieza más eficaz si añades enjuague bucal al depósito de agua del irrigador.

Aunque el irrigador dental puede beneficiar a la salud bucal de todo tipo de usuarios, existen algunos casos que notarán una gran mejora debido a sus dolencias o situaciones:

  • Pacientes con ortodoncia: puede serles de mucha utilidad debido a su situación, en la que les resulta muy complicado realizar una buena limpieza entre los dientes.
  • Pacientes con implantes: el irrigador puede ser un complemento ideal para acceder a las zonas más difíciles.
  • Personas con gingivitis o periodontitis: este complemento elimina la placa entre encía y diente provocando una disminución de la inflamación y ayuda a mejorar la salud de nuestras encías.

¿Qué pasos debo seguir para utilizar el irrigador bucal de la mejor manera?

  1. El irrigador bucal es un complemento de la rutina de limpieza bucal. Por ello, antes de utilizarlo, debemos cepillarnos los dientes  y utilizar nuestro cepillo interdental.
  2. A continuación, debes rellenar el depósito del irrigador con agua o con enjuague bucal diluido, siempre acorde a tus necesidades.
  3. Coloca la boquilla e introduce el irrigador sobre el margen entre encía y diente, y entre diente y encía.
  4. Debes recorrer toda la dentadura esperando varios segundos sobre cada diente. Ve por orden para no saltarte ningún diente.
  5. Por último utiliza tu enjuague bucal.
  6. Cuando termines, limpia y seca el irrigador y la boquilla.

Tu limpieza bucodental y la salud de tus encías mejorarán día a día, ¡con una boca más limpia y fresca que nunca!

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