9 de diciembre de 2014
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Infantil

Los caballeros de Bocalandia

Érase una vez que se era, en el cercano reino de Bocalandia, vivían veinte caballeros de blanca y reluciente armadura. Los caballeros vivían en feliz armonía y trabajando en equipo para que el rey de Bocalandia, un pequeño llamado Ericuldo, estuviera feliz.

Ericuldo era un niño de poco más de cuatro años, travieso y juguetón como todos los pequeños de su edad, y como a todos le gustaba disfrutar de vez en cuando de las deliciosas chuches y sobre todo de  exquisitos chocolates. A los relucientes y fortachones caballeros también les gustaba disfrutar de tan deliciosos manjares, eso sí, agradeciendo animadamente la llegada de un amigo especial: el cepillo de dientes.

Aquel fin de semana Ericuldo estaba muy feliz porque iba a ver a su amigo Jacobo, a quien hacía tiempo que no veía. Nada más llegar Jacobo al flamante castillo de Ericuldo, Ericuldo supo que había algún problema. Su amigo estaba lloroso porque le dolía la boca. Qué te pasa, Jacobo? ?preguntó preocupado Ericuldo con una blanca y brillante sonrisa.

-Me duele la boca.

Ericuldo se quedó mirando la boca de su amigo, sus caballeros no relucían, sus armaduras no eran blancas como las de sus veinte valientes y aguerridos secuaces.

-Jacobo, ya sé lo que te pasa.

-¿Qué me pasa?

-Tus caballeros.

-¿Mis caballeros? ¿De qué caballeros hablas?

-De los caballeros de Bocalandia, sus armaduras están estropeadas, pero eso tiene solución.

-¿Cuál?

-¡Has de llamar a su superhéroe favorito!

-¿Y ese quién es?

-¡El cepillo de dientes!

-¿El cepillo de dientes? No, eso es un rollo que se han inventado los padres.

-No, Jacobo, mira mis caballeritos?dijo Ericuldo enseñando los dientes y hablando al mismo tiempo?, ¿a qué están relucientes?

-Uau, sí, están brillantes y relucientes.

-Porque el cepillo de dientes los visita tres veces al día para combatir a las malvadosas caries.

-¿Entonces si uso el cepillo de dientes no me dolerá la boca?

-Bueno, igual ahora te toca ir a ver al médico de los dientes pero ya verás que si lo usas tus dientes se pondrán sanos y lucirán perfectas armaduras.

Y así fue como Jacobo y sus veinte caballeros conocieron al superhéroe favorito de los habitantes de Bocalandia… Colorín colorado este cuento se ha acabado.

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