4 de agosto de 2015
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Infantil

Problemas dentales: el desgaste del esmalte

El esmalte dental es la capa externa de los dientes y muelas que protege la dentina de las agresiones. Está compuesto por el mineral más duro presente en el cuerpo humano, la hidroxiapatita. Sin embargo, pese a su gran resistencia, el esmalte es sensible a los ácidos y cuando el pH de la boca baja de 5,5 se ablanda y se puede dañar. Algunos alimentos y bebidas así como los ácidos del estómago en caso de enfermedad, como el reflujo gastroesofágico, provocan la acidez del pH y con ella el desgaste del esmalte. Al principio el reblandecimiento es reversible. La saliva ayuda a reparar el esmalte pero muy lentamente, por lo que si seguimos exponiendo los dientes al ácido el daño se hará mayor e irreversible. A diferencia de la caries el desgaste se produce en todo el diente a la vez.

 

El esmalte de los dientes de leche es más frágil que el de los definitivos y, por tanto, es más débil ante las agresiones. Podemos tomar algunas medidas preventivas para que nuestros hijos no sufran sensibilidad dental. Una de las principales es cuidar su alimentación y la forma de administrarla. Cuando es un bebé no le des en el biberón más que agua y leche, y nunca le dejes con él más tiempo del necesario. Si das zumos a tus hijos, dilúyelos con agua y que los tomen preferiblemente a la hora de la comida y no entre horas. La bebidas carbonatadas, aunque no tengan azúcar, son también un factor de riesgo. Procura evitarlas y si se las das hazlo con pajita que parece disminuir el efecto del ácido. Enseña a tu niño a lavarse bien los dientes, aunque si ha tomado algun alimento ácido es preferible que espere un rato para que pase el efecto y no se dañe.

 

Otra causa de desgaste es el ácido del estómago. Bien porque el pequeño tenga reflujo o porque sea propenso a vomitar, sus dientes pueden estar en peligro. Consulta con el pediatra y hazle revisiones frecuentes en el dentista para que si le está afectando sea lo menos posible. También hay algunos medicamentos, como algunos de los que se toman contra el asma, que puede provocar el cambio del pH de la boca y dañar los dientes. Comenta con su médico tu preocupación por los efectos que la medicación puede tener en la boca de tu hijo.

 

El desgaste dental suele provocar sensibilidad. Al comer o beber alimentos fríos, calientes o dulces, se pueden sentir molestias o dolor. Eso es debido a que la dentina está expuesta por la pérdida de esmalte o por retracción de la encía. Tener sensibilidad no implica que la lesión sea muy grave, en muchos casos aún es reversible con un buen gel dentífrico.

 

Otra consecuencia puede ser el cambio de color de los dientes, al hacerse más fino el esmalte se transparenta la dentina y el diente se torna amarillento. Cuando el desgaste dental es avanzado puede alterar la forma de los dientes, volviéndolos redondeados en los bordes, con hendiduras, e incluso se pueden fracturar.

 

Enseñar a los niños una buena higiene bucal, lo que incluye cepillarse correctamente con un cepillo adecuado y sin excesiva fuerza y, utilizar un gel dentífrico adaptado a su edad; animarles a llevar una dieta sana y, hacer las visitas recomendadas al odontopediatra, son las mejores medidas para que sus dientes estén sanos y los conserven intactos toda la vida.

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