1 de marzo de 2016
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3 pasos imprescindibles

Sonrisas con Experiencia: Cuidados básicos para una boca con implantes

Según vamos creciendo es muy probable que alguno de nuestros dientes tenga que ser extraído (por caries, por ejemplo) o bien que se caiga, por deterioro de los tejidos que lo sustentan o cualquier otro motivo. Por lo general, si hemos mantenido una buena higiene bucal a lo largo de los años, esto no tiene por qué ocurrir, pero es cierto que con el paso de los años es más frecuente tener que recurrir a los implantes dentales.

Si tienes pensado recuperar las funciones de alguno de tus dientes perdidos con un implante dental, o bien ya llevas alguno, debes saber que el éxito del implante depende tanto de la pericia del implantólogo que te atendió como de los cuidados e higiene posteriores que debes llevar a cabo día a día desde casa, una vez colocado/s éste/éstos y del mantenimiento y revisiones periódicas en la clínica dental.

Una vez insertado el implante debes seguir las recomendaciones postquirúrgicas dadas por el implantólogo. Asegúrate que durante el período de osteointegración (unión entre el implante y el hueso) evitas comer por el lado dónde tienes el implante, evitas tocarte con los dedos o con la lengua en esa misma zona, y extremas la higiene bucodental como hábito diario.

Si aprecias tus dientes, cuídalos. Para que los implantes dentales duren, es imprescindible una rutina de higiene bucodental completa. Al igual que ocurre con los dientes naturales, la acumulación de placa bacteriana puede provocar problemas en los implantes.

Una vez tengas el implante y su prótesis colocados, es muy importante realizar un programa de mantenimiento y seguimiento para asegurar el éxito de este tratamiento y conservar así el implante adecuadamente. Este programa tiene dos pilares:

  • Una cita periódica (semestral o incluso cuatrimestral) con el odontólogo para la eliminación de la placa bacteriana y para revisar los tejidos alrededor de los implantes y prótesis.
  • Una higiene bucodental completa de forma diaria: cepíllate los dientes 3 veces al día durante al menos dos minutos o después de cada comida con un cepillo de dientes (manual o eléctrico) suave, que debe cambiarse periódicamente cada 3 meses o cuando los filamentos de éste estén desgastados o doblados. Usa una pasta dentífrica con antisépticos para la prevención de las enfermedades de las encías o un cepillo eléctrico que te ayude a cuidar dientes y encías. Emplea también elementos de higiene interdental recomendados por tu odontólogo o higienista dental, como hilo o cinta dental, cepillos interdentales y/o irrigadores bucales, para los espacios entre diente y diente o entre dientes e implante. Por último, no olvides usar enjuague bucal, pues complementa el cepillado y a la pasta dentífrica y ayuda a eliminar los restos de alimentos y bacterias.

Es necesario acudir periódicamente al odontólogo para control y prevención. Un cuidado meticuloso y una revisión mínimo dos veces al año ayudarán a que los implantes dentales se mantengan firmemente en su sitio durante años. Y si notas dolor, molestias o cualquier inflamación alrededor del implante, acude al odontólogo en la máxima brevedad.

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